Este postre es mi debilidad, estoy segura de que también será la vuestra.
La recetas de cocina, como todo en la vida, solemos asociarlas a personas de nuestro entorno, que las han degustado, quedando encantadas y por supuesto pidiéndotelas.
Por ello, aquí tenéis una receta, heredada de mi madre y perfeccionada por mi padre.
Para esta receta, como para la del rosco, que ya os la enseñaré, sacar los huevos de la nevera unos minutos antes.
INGREDIENTES: (para 4 personas)
- 6 huevos
- 1 vaso de azúcar
- 2 vasos de leche entera
ELABORACIÓN:
Separar las claras de las yema. Batir las claras a punto de nieve, pero sólo un poco, para después incorporar las yemas y la leche.

Preparar el molde con el azúcar, caramelizar, justo antes de vaciarle el batido. Cerramos el molde y ponemos al baño maría, en la olla rápida. Una vez suene la válvula, mantener en el fuego durante 35 minutos; (en la olla convencional un poco más).
Dejarlo enfriar, sin meterlo en la nevera. Sacar del molde una vez frío.
Presentar el plato, sólo, con nata o como acompañamiento de un pijama (flan, melocotón, piña y nata).
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